La sentencia de la Sala
de lo Civil del Tribunal Supremo, sec. 1ª, de 20 de junio de 2014, nº 358/2014,
rec. 1010/2012, declara
que existe renuncia tácita a una pared medianera al realizar la demolición de
una de las viviendas y construcción de una nueva, dejando de utilizar el muro
medianero y construyendo de forma anexa al mismo, pero independiente, unos
nuevos muros de cerramiento.
La demolición de la vivienda y la construcción de un nuevo muro anexo al muero medianero constituye una renuncia tácita, pues la posibilidad de renunciar es lógica consecuencia de la falta de utilidad del elemento común, cuando éste no le presta ya servicio alguno tras derribar su edificio.
En virtud de los arts. 573.2, 575.2 y 576 del Código Civil, hay que entender que ha tenido lugar una renuncia a la medianería, aunque tácita, ya que se ha construido por el demandado nuevo muro y exclusivamente en su terreno.
La jurisprudencia exige
que la renuncia a una pared medianera sea clara e indudable; puede ser expresa
o tácita, pero no cabe imaginarla de hechos dudosos y que no sean inequívocos.
El artículo 576 del
Código Civil regula la renuncia como causa de extinción de la medianería y sus
consecuencias jurídicas:
"Si el propietario de un edificio que se apoya en una pared medianera quisiera derribarlo, podrá igualmente renunciar a la medianería, pero serán de su cuenta todas las reparaciones y obras necesarias para evitar, por aquella vez solamente, los daños que el derribo pueda ocasionar a la pared medianera".
A) Objeto de la litis.
1.- La cuestión
jurídica que aquí se plantea, desde el inicio del proceso, gira alrededor de la
medianería entre dos viviendas, como cierta comunidad de los propietarios de
predios contiguos sobre elementos -como el muro- que media entre ambos. El
Código civil lo califica de servidumbre, pero no hay predio dominante y predio
sirviente, sino que ambos tienen cierta comunidad de utilización y así lo
reconoce la sentencia de 13 febrero 2007; también es cierto que la terminología
no siempre es exacta, ni puede determinar la calificación de las instituciones.
Se plantea el tema de
la renuncia, como extinción de la medianería, tanto en el proceso, como
especialmente en el recurso de casación.
Es muy escasa la
jurisprudencia sobre esta cuestión: la sentencia del Tribunal Supremo de 23 marzo
1968 resuelve el caso, parecido al presente, de renuncia a la medianería por
demolición del muro medianero, que produjo daños en el predio vecino y la de 20
julio de 1990 que dice:
“La facultad de renunciar a la medianería que se contempla en nuestro Código civil da lugar a dos tipos distintos que sólo tienen en común el efecto extintivo: el art. 575, párrafo 2.º, contempla una «renuncia liberatoria» para dispensarse de contribuir a los gastos de construcción y mantenimiento de la pared, seto, zanja o vallado; y la del alegado art. 576, que es una renuncia por dejar de convenirle a uno de los propietarios de la pared medianera , porque «quiere derribar su edificio», en cuyo caso debe cargar con todas las reparaciones y obras necesarias para evitar los daños que el derribo pueda ocasionar a la pared medianera , sin que quepa excluir los derivados de no haber reparado a su tiempo y debidamente la pared medianera que por definición colinda y sirve de soporte a otra propiedad y cuyo derribo puede afectar, ya sea a la pared medianera en que aquél se apoya (art. 576 del Código Civil) ya al edificio colindante por extensión o consecuencia de aquella falta de previsión o cuidados ( art. 1902 C.C.), en cuyo caso hay que conectar el supuesto de que se trata con el más genérico art. 1902 C.C.) ., el cual, con acción constreñida en el tiempo a un solo año, no impide una cierta compatibilidad sustantiva por absorción con el más específico art. 576 C.C. ".
2.- La demanda
formulada por los hoy recurrentes don Saturnino y Dª Montserrat tiene un primer
pedimento principal que se refiere a la medianería y uno subsidiario que
prescinde de la antigua medianería y un segundo pedimento principal, que
interesa la reparación de los daños.
La sentencia de primera
instancia, del Juzgado de Baeza, de 16 septiembre 2011, estima la demanda
haciendo la declaración de medianería y la condena a reparar, con una serie de
detalles que no habían sido solicitados en el suplico de la demanda.
Cuya sentencia fue
revocada por la Audiencia Provincial, Sección 3ª, de Jaén 17 febrero 2012 que
estimó la demanda solamente en el sentido de condena a reparar los daños.
B) Valoración jurídica de
los hechos.
La acción declarativa de medianería, como tantas otras, se basa en los hechos probados, apenas hay cuestión jurídica en esta Sala, que no es tercera instancia y debe aceptar la relación fáctica aprobada, tal como la ha declarado la sentencia de la Audiencia Provincial.
Dice que, en 1984, se "...procedió a la demolición de su
vivienda y construcción de una nueva, dejando de utilizar dicho muro y
construyendo de forma anexa al mismo, pero independiente, unos nuevos muros de
cerramiento."
Y añade, insertando en
los hechos, la cuestión jurídica que también se ventila:
"A diferencia de lo sostenido en la resolución recurrida la renuncia a la medianería no ha de ser expresa, sino que puede ser tácita. Es admisible en definitiva la voluntad renunciativa en la renuncia tácita, pero para que ésta pueda tenerse por tal ha de ser clara, terminante e inequívoca, con expresión indiscutible del criterio de voluntad determinante de la misma, debiendo aparecer de actos concluyentes, S.T.S. de 27 de febrero de 1.989. En el caso de autos resulta que la parte actora levantó su edificación sin que encuentre sostén en la pared medianera y construyendo en su terrero, despreocupándose absolutamente del muro medianero que además estaba en estado ruinoso. Por ello, en virtud de los arts. 573.2, 575.2 y 576 del Código Civil, hay que entender que ha tenido lugar una renuncia a la medianería, aunque tácita, ya que se ha construido por el demandado nuevo muro y exclusivamente en su terreno".
Con lo cual se llega a
la cuestión jurídica, realmente la única, que se plantea, que no es otra que si
cabe renuncia tácita de la medianera.
C) La jurisprudencia
(en el recurso de casación se cita una sola sentencia del Tribunal Supremo; es
decir, no cita jurisprudencia) exige claridad en ella, que sea inequívoca y
terminante,
"sin que quepa deducirla de conductas de dudoso significado": sentencias
del TS numerosas desde la de 4 octubre 1962 hasta la de 30 octubre 2001 y más
tarde: las sentencias del 7 diciembre 1963, 16 octubre 1987 y 26 mayo 2009 admiten
que la renuncia puede ser expresa o tácita, la última de las señaladas dice
literalmente que "la renuncia de derecho es un negocio jurídico de
carácter unilateral que se asienta en una declaración de voluntad -expresa o
tácita- del titular del derecho...".
Es decir, una
jurisprudencia reiterada exige que la renuncia sea clara e indudable; puede ser
expresa o tácita, pero no cabe imaginarla de hechos dudosos y que no sean
inequívocos.
Así, la sentencia de instancia deduce de hechos tan inequívocos como demoler
una casa y dejar de utilizar el muro medianero al construir otro no medianero
propio de la nueva casa (hecho probado).
D) En el recurso de
casación formulado en dos motivos, no cita norma infligida, como exige el
artículo 477.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, sino expone el interés
casacional, conforme el mismo artículo 477, apartado 2 ("serán
recurribles...") número 3º y apartado 3 ("interés casacional").
Se citan en el motivo
primero dos sentencias de la Audiencia Provincial de Asturias que no se
pronuncian en caso análogo, sino que "no es posible la renuncia si la
pared sostiene un edificio del recurrente" o si el muro medianero
"actúa como revestimiento exterior del inmueble o como aislante del mismo
de forma que permanece la utilidad del muro como medianero". No es el caso
de autos en que desde tiempo ha (1984) se ha levantado el edificio sin apoyo y
con separación de lo que fue en su día muro medianero del que se ha prescindido
y renunciado por lo cual, se desestima el motivo primero.
En el motivo segundo se
cita una sola sentencia de esta Sala que reitera una doctrina jurisprudencial
indiscutida, que consiste en que la renuncia ha de ser clara, terminante e
inequívoca. Lo cual es cierto y no se plantea. En el caso presente, lo que se
discute y se debe resolver es que, de acuerdo con la propia jurisprudencia, la
demolición de un edificio y la ausencia de forma definitiva de todo apoyo e
incluso contacto con el muro intermedio o medianero, constituye la renuncia a
que se refiere el segundo párrafo del artículo 575 en relación con el artículo 576
del Código civil. Renuncia, negocio jurídico unilateral, sujeto a todos los
elementos y caracteres del mismo, entre los que se encuentra la declaración de
voluntad tácita.
E) Conclusión.
En definitiva, se debe
entender que cabe la renuncia tácita en la comunidad de medianería, no tanto
con carácter general, sino cuando -como en el caso presente- se prescinde de
ella, tras una demolición, quedando la nueva edificación separada de ella y,
esencialmente, queda fuera de una comunidad de utilización, ya que
efectivamente no se utiliza ni hay comunidad.
Tal como dice la
sentencia recurrida, aparte de los daños que pudieran haberse producido y que
no se discuten en este proceso:
"La posibilidad de
renunciar es lógica consecuencia de la falta de utilidad del elemento común,
cuando éste no le presta ya servicio alguno tras derribar su edificio".
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