La sentencia de la Sala
de lo Social del Tribunal Supremo, sec. 1ª, de 15 de junio de 2022, nº
550/2022, rec. 1052/2019, declara que los intereses de mora procesal
correspondientes a los salarios de tramitación han de fijarse sobre la cuantía
neta de 27.487,18 euros, descontadas las retenciones de IRPF y deducciones de
la Seguridad Social.
Los intereses de mora
del 5% deben aplicarse sobre la cantidad resultante neta después del descuento
por las obligaciones tributarias y de Seguridad Social.
El Supremo establece la
obligación para el ejecutado de realizar en todo caso aquellos descuentos en la
nómina por IRPF y Seguridad Social, de manera que, una vez fijada la cantidad
liquida -entendida como ajuste final del importe de la deuda-, será sobre ese
importe real neto sobre el que hayan de operar los intereses correspondientes.
A) Antecedentes.
El abogado del gobierno
regional de Cataluña señala que en nómina de octubre de 2017 se habían abonado
al actor los salarios de trámite y practicado las retenciones de IRPF y
deducciones de la Seguridad Social, por lo que la liquidación debería de
practicarse sobre el importe neto que se abonó en concepto de salarios de
tramitación y que ascendería a 27.487,18 euros. Asimismo, indicaba que la fecha
inicial de liquidación debería ser la del día siguiente a la notificación de la
sentencia, esto es, el 17.6.2015.
A los efectos de
sostener la concurrencia de la contradicción exigida por el art. 219.1 de la
Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS), la recurrente propone como
sentencia de contraste, la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Castilla y León (Valladolid) de 11 de noviembre de
2015, (rollo 1801/2015).
B) Objeto de la litis.
La abogada de la
Generalitat de Cataluña, en la representación y defensa que ostenta de la
misma, centra la controversia litigiosa en el cálculo de los intereses
preceptuados en el art. 576.1 LEC y, más concretamente, en el cálculo referido
a los salarios de tramitación, discutiéndose si la liquidación ha de
practicarse sobre la cuantía bruta o neta (descontadas las retenciones a cuenta
del lRPF y cuotas de la Seguridad Social).
La Generalitat de
Cataluña impugnó la liquidación de intereses dimanante de proceso de ejecución
de sentencia de despido, y frente al auto de 1 de junio de 2018 que desestimó
la reposición interpuso recurso de suplicación, desestimado por la sentencia
ahora impugnada de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña, de 18 de diciembre de 2018 (RS. 5326/2018). Esta resolución considera
que la cantidad líquida es la fijada en el título ejecutivo en concepto de
salarios de tramitación y que los intereses que se generen deben calcularse
tomando como base dicha cantidad, independientemente de las obligaciones
fiscales o de Seguridad Social establecidas por la ley.
C) Sentencia de contraste.
1º) La sentencia objeto
de contraste fue dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Castilla y León (Valladolid) de 11 de noviembre de 2015 (R.
1801/2015), resolviendo un supuesto también referido a los salarios de trámite.
En la misma se alcanzaba la tesis contraria, al considerar que los intereses
deben aplicarse sobre la cantidad resultante después del descuento por las
obligaciones tributarias y de Seguridad Social. Argumentaba que las cantidades
detraídas no entran en el patrimonio del trabajador y que la obligación de
retener es de la empresa y no del trabajador, entendiendo que la solución
contraria supondría un enriquecimiento injusto para el trabajador.
La identidad de hechos,
pretensiones y debates entre ambas resoluciones resulta patente, de manera que
la diferente solución que adopta una y otra abre la vía al examen de fondo
propuesto en el recurso, de conformidad con aquel art. 219 LRJS.
2º) Se invoca por el
recurrente como norma infringida el art. 576 de la LEC en relación con el art.
251.2 LRJS, remarcando que en cumplimiento de la sentencia recaída en el
procedimiento la parte demandada acreditó que había procedido al pago del
importe adeudado en concepto de salarios de tramitación habiendo practicado las
correspondientes retenciones de conformidad con las obligaciones establecidas
en la normativa fiscal y de la Seguridad Social, cantidades estas últimas que,
indica, no llegan a incorporarse en el patrimonio del trabajador.
D) Doctrina del
Tribunal Supremo.
1º) Esa delimitación
del debate, que no cuestiona los periodos que integran la demora y solo se
circunscribe a si el principal se toma en bruto o neto, aleja este litigio del
abordado en Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de 15.12.2021,
rcud 4672/2018,
en el que ante la disyuntiva de si el devengo de intereses se rige por el art.
287.4 e) LRJS o por el art. 576 LEC, explica que, conforme a la DF 4ª LRJS,
debe aplicarse el art. 287.4 e) LRJS y no el art. 576 LEC.
La razón es que la LRJS
regula la ejecución de sentencias frente a entes públicos, remitiendo la DF 4ª
LRJS a la LEC cuando no exista regulación propia, siendo de aplicación la norma
específica del art. 287.4 e) LRJS frente a la general de ejecución dineraria
del art. 251.2 LRJS.
Tampoco nos situamos en
si los intereses del art. 576 LEC correspondientes a los salarios de
tramitación deben calcularse desde la fecha de la sentencia que declaró el
despido improcedente o desde la fecha del auto que extinguió la relación en
incidente de no readmisión. La resolución recurrida y aquellas que confirma
revelan el aquietamiento a la fecha inicial de liquidación del día siguiente a
la notificación de la sentencia, de forma que no entrará en juego la doctrina
expresada en STS IV 1.10.2019, rcud 976/2017, con reiteración del criterio
sentado en anterior STS de 21/7/09 (rcud. 1767/2008), que concluía que los
intereses procesales se devengan desde la fecha en la que se dicta el auto de
extinción de la relación, al ser éste el que fija definitivamente una condena
líquida.
2º) Recordemos aquí que
la STSJ de Cataluña de 11.11.2016, RS 3438/2016, había confirmado parcialmente
la dictada por el Juzgado de lo Social número 1 de Sabadell sobre el
"abono de los salarios de tramitación desde la fecha del despido, el 28 de
febrero de 2011, hasta la notificación de la presente sentencia o hasta que
hubiera encontrado otro empleo, si tal colocación fuera anterior a esta sentencia,
y se probase por el empresario lo percibido, de acuerdo con el salario
regulador...".
La parte actora
presentó propuesta de cálculo de intereses, postulando que correspondía aplicar
un 5,00% de interés en todo el periodo de 13.5.2015 a 30.10.2017, sobre un
principal de 34.948,72 euros, lo que suponían unos intereses por importe de
4.318,32 euros, a lo que se opuso la Generalitat de Cataluña, señalando que en
nómina de octubre de 2017 se habían abonado al actor los salarios de trámite y
practicado las retenciones de IRPF y deducciones de la Seguridad Social, por lo
que la liquidación debería de practicarse sobre el importe neto que se abonó en
concepto de salarios de tramitación y que ascendería a 27.487,18 euros, y que
la fecha inicial de liquidación debería ser la del día siguiente a la
notificación de la sentencia (el 17.6.2015), fecha a la que se aquietó la
contraparte.
Por Auto de fecha
23.04.2018 del citado Juzgado se desestimaba la impugnación de la liquidación
de intereses, e interpuesto recurso de reposición, el mismo fue desestimado por
auto de 1 de junio de 2018. La argumentación de aquél, con remisión a
precedentes judiciales, explicitaba que la cantidad adeudada en concepto de
salarios de tramitación es una cantidad líquida que se calcula sobre el propio
salario regulador fijado en la sentencia, careciendo de base legal la
pretensión de liquidar los intereses no sobre la cantidad objeto de la condena,
sino sobre otra inferior, y en lo atinente a las posibles retenciones por
cargas fiscales y de seguridad, consideraba que se trata de una cuestión ajena
a la que se plantea, centrada en el devengo de los intereses del art. 576.1 de
la LEC y la concreción de su cuantía.
Tales resoluciones han
sido confirmadas por la sentencia que ahora se impugna por la parte demandada.
E) Conclusión.
1º) El presente litigio
deriva, en consecuencia, al análisis de la naturaleza misma de la deuda
comprendida en el título ejecutivo. Tratándose de salarios de tramitación, en la
discusión sobre su naturaleza jurídica, esta Sala "se ha inclinado con
decisión por la tesis de que en los mismos predomina el carácter indemnizatorio
frente al salarial y, como dice la sentencia de contraste, aunque constituyen
un concepto jurídico propio con vertientes que los asimilan a los salarios y a
la indemnización, lo cierto es que la doctrina de esta Sala en sentencia de 13
de Mayo de 1991 dictada en Sala General atendiendo a finalidad perseguida por
los mismos, declara expresamente: que "La figura de los salarios de
tramitación o salarios de tramite tiene una evidente y clara naturaleza
indemnizatoria, pues con ellos se pretende, tanto en los despidos nulos como en
los improcedentes, compensar al trabajador uno de los perjuicios que para él se
derivan del hecho del despido, cual es el no percibir retribución alguna desde
la fecha del despido y durante la instrucción del despido
correspondiente." (Sentencias del TS de fecha 9.12.1999, rcud 1116/1999,
con cita de otras precedentes, y, rememorada por la dictada el 27.02.2020, rcud
3230/2017).
2º) A los efectos
pretendidos en el recurso, podemos tomar como punto de partida la STS IV de
24.11.2009, rcud 2757/2008, resolución en la que, precisando la doctrina anterior
sobre materia competencial y rectificándola en parte -respecto de aquellos
supuestos en los que el objeto principal del proceso no es la práctica de las
retenciones a cuenta, sino que esa cuestión se plantea como incidental,
principalmente cuando se procede a la ejecución de lo resuelto en sentencia
firme o en acto de conciliación judicial-, reconoce la competencia de esta
jurisdicción para resolverla en virtud de las razones que explicita.
Entre las mismas,
destacaremos varios pasajes que van a incidir en la resolución del actual
litigio.
Así la afirmación de que "el Juzgado, al pagar al acreedor, sustituye al
deudor y debe hacer el pago en las mismas condiciones que este, esto es
respetando las obligaciones que a todo pagador imponen las leyes. Las
resoluciones dictadas al respecto tendrán carácter prejudicial y no impedirán
un posterior proceso al respecto ante la jurisdicción
contencioso-administrativa, ni menos aún, que, al liquidarse el impuesto sobre
la renta de las personas físicas, el trabajador realice las compensaciones
oportunas y pida la devolución correspondiente en su caso, sin perjuicio de las
infracciones penales y administrativas en que incurra el empresario que no
ingrese lo retenido, ingreso cuya efectividad puede asegurar el Juzgado de
varias maneras."
Y, fundamentalmente la
tercera de las razones que dicha sentencia del TS de 24.11.2009, desarrolla:
"Porque si las
sentencias, conforme a los artículos 18-2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
y 239-1 de la Ley de Procedimiento Laboral, deben ejecutarse en sus propios
términos, cabe concluir que su ejecución no puede hacer más gravosa la
situación del ejecutado, quien no puede ser obligado a pagar más que aquello a
lo que fue condenado. Por ello, deben practicarse las retenciones legales y
reglamentarias a la hora de realizar el pago el Juzgado que ejecuta el fallo
condenatorio, por cuánto en otro caso se beneficiaría al acreedor en perjuicio
del deudor que vería agravada su situación con relación a lo ejecutoriado. En
efecto, conforme al artículo 104-2 de la Ley General de la Seguridad Social, el
empresario, al tiempo de abonar los salarios a sus trabajadores, debe
descontarles la cotización a la Seguridad Social que corresponda a cada uno,
para su posterior ingreso en la Tesorería General de la Seguridad Social, con
la advertencia de que, caso no hacerlo en ese momento, no podrá hacerlo después
y será a su cargo, exclusivamente, el pago de la cotización. Por otro lado, la
obligación de practicar las oportunas retenciones a cuenta del impuesto de la
renta de las personas físicas, sobre los salarios pagados a los trabajadores,
se establecía a la sazón en los artículos 72, 76 y 78 y siguientes del R.D.
1775/04, de 30 de julio, sustituidos hoy por los artículos 74 y siguientes del
R.D. 439/07, de 30 de marzo. Y la falta de esa retención conlleva para el
pagador responsabilidades importantes porque, aparte de las sanciones que se le
puedan imponer, resulta que el retenedor sigue obligado a ingresar en Hacienda
las cantidades que debió retener y, además, adeuda intereses de demora
tributarios por la falta de ingreso.
Debe señalarse que la
jurisprudencia más reciente de la Sala III del T.S. viene señalando que la
obligación de retener a cuenta "es una obligación autónoma que genera
deudas tributarias de carácter instrumental que se extinguen por el ingreso
anticipado y que surgen de presupuestos de hecho diferentes al hecho imponible
del tributo";
"que todo ingreso fuera del plazo previsto comporta el devengo de
intereses de demora... desde el día siguiente al vencimiento del ingreso
voluntario"; que esos intereses se adeudan cuando las retenciones se
ingresan fuera de plazo, sin requerimiento administrativo y que, cuando el
sujeto pasivo del impuesto ingresa este, el retenedor ya no viene obligado al
pago de la cantidad que no retuvo, pues se duplicaría el pago, pero sí a pagar
los intereses por demora hasta el día en que el ingreso se produjo, más las
sanciones que por su incumplimiento pueda merecer (SSTS III de 28 de febrero de
2007, 5 de marzo y 16 de julio de 2008, 17 de abril de 2009 (cinco) y 21 de
mayo de 2009 ). Como se pude observar la falta de práctica de las
retenciones tributarias y por cuota obrera perjudica al empresario deudor que,
aparte las sanciones, sigue obligado a pagar lo que no retuvo más los intereses,
y redunda en beneficio del deudor, lo que es contrario a las normas fiscales,
al artículo 26-4 del Estatuto de los Trabajadores y a la resolución
judicial que se ejecuta, ya que, no condenó a pagar más de lo que dice."
Correlativamente casó y anuló la resolución que se recurría, resolviendo el
debate planteado en suplicación en el sentido de desestimar el de igual clase y
confirmar el auto del Juzgado, pues era procedente la práctica de retenciones a
cuenta del I.R.P.F. y de la cuota obrera a la Seguridad Social.
3º) Por último,
citaremos la STS IV 17.05.2022, rcud 563/2019, en la que se acordaba que por la Letrada de la
Administración de Justicia se practicara nueva liquidación de intereses
procesales, diferenciando los salarios de tramitación desde la fecha de efectos
del despido hasta la notificación de la sentencia de instancia -que devengan
intereses procesales desde la fecha de la sentencia que declaró allí nulo el
despido-, y los salarios de tramitación desde el día siguiente al de la notificación
de la sentencia de instancia hasta la fecha de la readmisión -que devengan
intereses procesales desde la fecha del auto correspondiente-, pero sobre la
base que declaraba la crónica fáctica en la que constaba que la cuantificación
de los salarios de trámite lo fue en la suma coincidente con el líquido de los
salarios entonces adeudados, una vez efectuado el descuento del 15% de IRPF,
cuota obrera, emolumentos percibidos en ulterior colocación, prestaciones por
desempleo e indemnización por despido abonada.
4º) De la doctrina
transcrita se infiere la obligación para el ejecutado de realizar en todo caso
aquellos descuentos, de manera que, una vez fijada la cantidad liquida
-entendida como ajuste final del importe de la deuda-, será sobre ese importe
real sobre el que hayan de operar los intereses correspondientes. De lo contrario éstos
alcanzarían a conceptos y partidas destinadas a las esferas de terceros
-Administración Tributaria o de la Seguridad Social-, y, en consecuencia,
serían ellos los eventuales benefactores/receptores en el supuesto de
incurrirse en retrasos computables.
Si entendemos que en
ejecución de sentencia es posible analizar desde una prejudicialidad los
descuentos pertinentes, siendo la consecuencia aparejada la de reconocer que
los salarios de tramitación en fase de ejecución de la deuda deberán fijarse en
su cuantía neta, de la misma forma los intereses han de operar sobre ese neto y
no en aquellas cantidades que nuestro ordenamiento destina a otros sujetos.
Adicionaremos que no consta cuestionado que estas últimas no hubieran sido
objeto del pertinente ingreso por parte del obligado a ello (empleador). Antes,
al contrario, se afirma por la recurrente haberlos efectuado.
Y siendo así, el
entendimiento de que el cálculo de intereses tendría que proyectarse también
sobre las partidas correspondientes a las retenciones legales y reglamentarias,
posicionaría al pagador en una situación más gravosa que la que la propia
ejecución contempla, mientras que el trabajador percibiría un rédito sobre
cantidades a cuenta del Tesoro o cuotas de la Seguridad Social.
Por otra parte, en la
hipótesis de que quien está obligado a practicar la retención a cuenta del
impuesto de la renta de las personas físicas y la cotización a la Seguridad
Social no lo hubiera efectuado o lo hubiere realizado en cuantía inferior,
incurriría en una conducta sancionable con multa y sometida al devengo de
intereses de demora en favor de la Hacienda Pública o la Seguridad Social.
5º) Finalmente
abundaremos en las previsiones del art. 26 ET cuando en su punto 4 dispone que:
"Todas las cargas fiscales y de Seguridad
Social a cargo del trabajador serán satisfechas por el mismo, siendo nulo todo
pacto en contrario", evidenciando el concepto de cargas y determinando el
concreto y exclusivo sujeto que debe soportarlas (trabajador), por más que al
empleador-pagador le atribuyan las normas una función de retención. Su
naturaleza de carga no puede resultar generadora de los intereses que el
obligado demanda a su favor.
6º) La doctrina
correcta se encuentra en la sentencia referencial y no en la recurrida, que
debe ser casada y anulada, previa la estimación del recurso interpuesto. Y, resolviendo el
debate en suplicación, estimaremos el recurso allí formulado por la parte
ejecutada, revocando los autos que impugnaba en el sentido de fijar los
intereses de mora procesal sobre la cuantía neta de 27.487,18 euros, y no sobre
la cantidad bruta que señalaban.
Esa cifra de 27.487,18
consta en el auto de fecha 23.04.2018, como resultado de deducir de los
salarios de trámite las oportunas retenciones de IRPF y cotizaciones a la
Seguridad Social.
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