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domingo, 13 de marzo de 2022

Nulidad de los acuerdos de una junta de socios de una sociedad limitada por infracción del derecho de información del socio por la escasa información que le fue facilitada, en términos cualitativos y cuantitativos.

 

La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 28ª, de 28 de enero de 2022, nº 45/2022, rec. 1019/2020, declara la nulidad de los acuerdos de una junta de socios de una sociedad limitada por infracción del derecho de información del socio por la escasa información, en términos cualitativos y cuantitativos, que fue facilitada.

Dicha información era necesaria para pronunciarse sobre la aprobación o no de las cuentas sociales y cuya falta impidió hacerlo. La omisión de la entrega de dicha documentación no se ampara en causa justificada ni en razones de preservación del interés social.

Por tanto, los acuerdos impugnados fueron correctamente anulados; tanto respecto a la aprobación de las cuentas pues no se satisfizo las exigencias de exhibición contable realizada (arts. 93 y 196 de la LSC) como con el resto de acuerdos adoptados, pues la nulidad del acuerdo de aprobación de las cuentas, forzosamente había de arrastrar a los demás acuerdos respecto a los que constituye el antecedente lógico sobre el que se asientan -acuerdo de aprobación de la gestión social, aplicación de los resultados y depósito de las cuentas aprobadas-.

A) Acciones ejercitadas.

1º) En el presente procedimiento se han acumulado diversas demandas en virtud del auto de acumulación de fecha 4 de noviembre de 2019.

En primer lugar, se ejercitó por tres de los socios de una sociedad limitada, CIEN RAZONES S.L., acción tendente a la declaración de la validez de los acuerdos adoptados en la junta de socios de 18 de julio de 2014, a la declaración del incumplimiento por el socio Sr. Jesús Carlos y su esposa de las obligaciones allí contraídas, así como a la condena a otorgar la transmisión de las participaciones de que era titular el primero y ello en virtud del contenido del acta de la junta de socios de tal fecha. La demandada mantuvo la nulidad de los acuerdos allí adoptados.

Ejercitó, de otra parte, el Sr Jesús Carlos frente a la entidad CIEN RAZONES S.L., acción dirigida a la nulidad de los acuerdos adoptados en la junta de socios de 18 de julio de 2014 atinentes a la aprobación de las cuentas del ejercicio 2013, aprobación de la gestión de los administradores, aplicación de resultados y, lo que estimó era un acuerdo social, de la venta de sus participaciones a los demás socios. El fundamento de su pretensión era la infracción de su derecho de información sobre los asuntos sociales, inherente a la condición de socio de la sociedad limitada. La demandada mantuvo que los acuerdos eran válidos, que las cuentas aprobadas reflejaban la verdadera situación patrimonial de la empresa, por lo que la acción no había de prosperar. Inicialmente entablada la acción social de responsabilidad contra los administradores sociales de la sociedad CIEN RAZONES S.L., no se siguió adelante con la misma por acceder la actora en dicho juicio ordinario a no ejercitarla acumulada a la de impugnación de los acuerdos sociales.

La sociedad demandada afirmó la validez de los acuerdos adoptados en dicha junta y la debida satisfacción del derecho de información del socio.

2º) La sentencia de la instancia estimó íntegramente la demanda del Sr. Jesús Carlos y desestimó, también íntegramente, la interpuesta por el resto de los socios.

B) Normativa aplicable.

1º) Estima la Sala que, previamente a la valoración de la prueba, ha de examinarse la normativa aplicable a la fecha de los hechos -18 de julio de 2014- referente a la transmisión de las acciones de la sociedad limitada, la convocatoria de la junta y el derecho de información.

Es conocido que la Ley 31/2014, de 3 de diciembre, de reforma de la LSC en materia de gobierno cooperativo, modificó determinados extremos en materia de convocatoria de la junta y derecho de información de los socios.

No obstante, por la fecha de la junta impugnada, la nueva ley no es de aplicación, sino que el contenido de la norma vigente ha de ser el anterior a la entrada en vigor de los cambios normativos realizados por la misma.

En materia de derecho de información de los socios, su contenido y alcance estaba con claridad expresados por la jurisprudencia del TS; por todas la sentencia del TS nº 531/2013, de 19 de septiembre, que consideraba que:

-El derecho de información un derecho es un derecho autónomo sin perjuicio de que pueda cumplir una finalidad instrumental del derecho de voto.

-Que " el accionista puede requerir cuantas aclaraciones o informaciones estime precisas siempre que cumpla los siguientes requisitos:

a) Que la información que demande se refiera a extremos que tengan conexión con el orden del día de una junta convocada.

b) Si la información se demanda por escrito, que se requiera desde la convocatoria de la junta hasta el séptimo día anterior al previsto para la celebración de la junta, o verbalmente durante la celebración de la junta general.

c) Que la publicidad de los datos interesados limitada a los accionistas no perjudique los intereses sociales sin perjuicio de que en este caso deba facilitarse cuando la solicitud esté apoyada por accionistas que representen, al menos, la cuarta parte del capital".

-Que "el examen y aprobación de las cuentas anuales y de la gestión de la actuación de los administradores no pueda quedar constreñida exclusivamente a datos relacionados directamente con "los números" de la contabilidad, hurtando a los accionistas datos conexos, razonablemente precisos para poder desplegar cierto control de la forma de gestionarla y del cumplimiento por los administradores de los deberes de diligente administración, fidelidad y lealtad, en relación con la actividad de la sociedad reflejada en las cuentas sometidas a la aprobación y en el informe de gestión y, en su caso, proponer que se demanden las responsabilidades procedentes.

-Finalmente que "para que se satisfaga el derecho de información no es necesario que el socio quede convencido por la información que se le facilite, basta que se le informe razonablemente sobre los extremos interesados, lo que no es incompatible con la concisión o brevedad, y que la información no sea objetivamente falsa o sustancialmente inexacta o incompleta".

2º) Sin embargo, la indicada norma -Ley 31/2014- introduce profundas alteraciones en el modo de ejercicio de este derecho de información de los socios. Así, la exposición de motivos de la Ley 31/2014 mantiene que:

“Un aspecto fundamental para el buen funcionamiento de las empresas y para el adecuado equilibrio entre sus órganos de gobierno es la regulación del derecho de información de los accionistas. Si bien el régimen actual para el ejercicio de este derecho es, con carácter general, adecuado, resulta sin embargo conveniente diferenciar entre las consecuencias jurídicas de las distintas modalidades de este derecho, así como modular su ejercicio atendiendo al marco de la buena fe. Además, y para el caso de las sociedades cotizadas, se extiende el plazo en el que los accionistas pueden ejercitar el derecho de información previo a la junta general hasta cinco días antes de su celebración.

Por lo que se refiere al régimen jurídico de la impugnación de los acuerdos sociales, se han ponderado las exigencias derivadas de la eficiencia empresarial con las derivadas de la protección de las minorías y la seguridad del tráfico jurídico. En consecuencia, se adoptan ciertas cautelas en materia de vicios formales poco relevantes y de legitimación, para evitar los abusos que en la práctica puedan producirse".

El resultado es la reducción por ministerio de la ley de la posibilidad de invocación del derecho de información en determinadas situaciones.

En todo caso, la norma aplicable es la vigente con anterioridad a la entrada en vigor de la indicada norma de reforma de la LSC.

C) Calificación jurídica del negocio celebrado en lo atinente a las participaciones.

Parece mantener la recurrente que el negocio celebrado fue una venta de participaciones a su valor nominal, que la misma fue sujeta a condiciones como eran, de una parte, la devolución a los prestamistas de las cantidades prestadas a la sociedad por el apelado y su esposa y, de otra, que se les relevase de la fianza prestada para otro crédito de la sociedad con una entidad financiera.

La apelada parece mantener que se trata de un acuerdo social acordado en la junta, al margen de la convocatoria y respecto al que el mismo no prestó su conformidad.

Es conocido que la LSC, a la vista del carácter cerrado de la sociedad limitada y frente a la regulación de la sociedad anónima, sujeta la transmisión de las participaciones sociales a terceros ajenos a la sociedad o al socio a una actividad en la que la sociedad tiene un papel determinante, prestando su consentimiento o autorizándola, pues no les indiferente al ente o a sus socios quién sea la persona que, con la transmisión, ostente dicha condición.

Sin embargo, el negocio invocado por la recurrente, si lo hubo, había de realizarse exclusivamente entre los socios, esto es, uno de los socios transmitía sus participaciones a los demás. Desde este punto de vista, la actividad decisora de la sociedad en los términos del art. 107.2 y 3 de la LSC en orden a prestar su consentimiento no procedía en este caso, pues conforme al art. 107.1 LSC:

“1. Salvo disposición contraria de los estatutos, será libre la transmisión voluntaria de participaciones por actos inter vivos entre socios, así como la realizada en favor del cónyuge, ascendiente o descendiente del socio o en favor de sociedades pertenecientes al mismo grupo que la transmitente. En los demás casos, la transmisión está sometida a las reglas y limitaciones que establezcan los estatutos y, en su defecto, las establecidas en esta ley”.

En consecuencia, no puede mantenerse que tal negocio sea un acuerdo social que exprese la voluntad de la sociedad limitada, sino, con independencia de la existencia de sus requisitos propios -objeto, consentimiento y causa-, un negocio traslativo de dominio que afecta exclusivamente a los socios y en modo alguno a la sociedad, pues dicha transmisión de participaciones es en este supuesto libre.

En consecuencia, ni estaba influido tal negocio por el derecho de la información de los socios y su posible infracción o por la falta de relación de tal asunto en el orden del día de la convocatoria de la junta (art. 174 LSC).

No puede ser acogido a este respecto el argumento alegado en la instancia, que no en el recurso de apelación, que los adquirentes de las participaciones podían ser terceros, en cuanto, no se materializó esta posibilidad - de hecho, en sede de recurso se pide se otorgue escritura pública de venta en favor de los socios en proporción a su participación en el capital-. En segundo lugar, en los términos en que se acuerda la compraventa "por los restantes socios o quienes estos designen" y por el nominal, no parece que existan obstáculos reales de índole económica para su adquisición por los socios. En última instancia, si son el resto de los socios los que deciden a quien se vende, el espíritu que no la letra del art 107. 2 y 3 de la LSC se cumpliría, sin perjuicio del eventual derecho de la sociedad o los socios en nombre de esta a impugnar tal enajenación e instar (art. 112 de la LSC) la ineficacia de la transmisión.

Por tanto, sentado lo anterior, deberá examinarse si el referido negocio reunía todos los requisitos de una compraventa.

D) Error en la valoración de la prueba.

Mantiene la apelante que se trata de una compraventa sujeta a la condición de que se liberé al vendedor de las participaciones sociales de todas sus obligaciones con la sociedad y se le restituyan las cantidades prestadas a la misma con sus intereses.

No resulta discutido que tanto el préstamo realizado a la sociedad fue devuelto el mismo día de la junta en la mitad de su importe y durante la propia realización de la misma y el resto unos días después, el 25 de julio, y, finalmente, el 30 de julio de 2014 se entregó la cantidad por intereses del mismo que se debía -6.304,20 euros-.

De igual manera, en fecha 18 de agosto de 2.014 se releva al apelado y a su esposa de la condición de fiadores en el préstamo concedió por una entidad bancaria Banco de Sabadell a través de las líneas ICO en fecha 21 de marzo de 2013.

Para los recurrentes, estas condiciones se negociaron en la propia junta, como forma de que hubiera una salida del socio Sr. Jesús Carlos de la misma dado el enfrentamiento con el resto de los socios.

Por parte de la apelada se mantiene que ya en febrero de 2014, ante las quejas y petición de explicaciones realizadas por él, los demás socios-administradores le reconocieron algunas irregularidades en su gestión y se comprometieron a la relevación del mismo en las fianzas contraídas y la devolución de las cantidades prestadas a la sociedad.

De otra parte, viene a mantener la apelada que tal acuerdo fue tomado por el resto de los socios sin que le vincule al mismo, pues no prestó su voluntad a la venta, sino que fue un mero acuerdo del resto de los socios que no puede obligarle.

A este respecto, los apelantes mantienen que la apelada aceptó la venta imponiendo las condiciones referidas, que las mismas fueron exigidas por él, que las mismas fueron cumplidas por los socios y, que, por tanto, queda obligado el socio a su cumplimiento y a otorgar la escritura pública de transmisión de las participaciones sociales conforme a lo acordado.

El examen de la prueba practicada muestra con claridad que a lo largo del año 2014 surgieron ciertas dudas del apelado respecto a la corrección de la gestión de la sociedad que los administradores de la misma realizaban. Fue solicitando datos sobre la misma, con los obtenidos concluyó que, a su juicio, no reflejaban una correcta gestión social.

Con ocasión de la convocatoria de la junta general ordinaria del ejercicio 2013 que debía realizarse el 18 de julio de 2014, la apelada, recibida la convocatoria el 8 de julio, remitió diversas comunicaciones a los administradores en fecha 10, 13 y 17 de julio, tendentes todas ellas a obtener la información necesaria para fundar su voto.

La misma, en este sentido, la sentencia recurrida ha de ser ratificada, no fue proporcionada. Mantiene el juez a quo y esta Sala acepta que:

No se facilitaron ni en la junta ni con anterioridad, pólizas de seguros suscritos por Cien Razones S.L. ni detalle de los movimientos de las tarjetas de débito o crédito a nombre de Cien Razones S.L. ni los movimientos de la tarjeta revolving de Repsol. Tampoco se puso a disposición del socio minoritario en el domicilio social, los soportes contables y la documentación que sirve de fundamento a las cuentas anuales que fueron aprobadas en la junta general de 18 de Julio de 2014. La omisión de la entrega de dicha documentación no se ampara en causa justificada ni en razones de preservación del interés social.

Sin embargo, fuera de constatar un enfrentamiento entre los socios, la desconfianza por parte del apelado en la administración realizada por los apelantes y la solicitud del primero de obtener información sobre marcha de la sociedad, no revelan tales hechos ni la existencia de un acuerdo previo de abonar al socio Sr. Jesús Carlos las cantidades que se le debían por la sociedad, ni su relevación como fiadores de él y su esposa en las obligaciones sociales. No consta exista un acuerdo previo y escrito que revele esa voluntad y sí desencuentros entre las partes y falta de satisfacción de las peticiones de información de socio.

Cuestión distinta es que el Sr. Jesús Carlos hubiera solicitado a los demás socios la devolución del préstamo realizado a la sociedad y la relevación de la fianza, actividad con la que no bastaba su voluntad, sino que debía concurrir la de la sociedad, esto es la de la mayoría de los socios. De hecho, es el propio socio disidente el que interesa en su burofax a la sociedad de fecha 8 de julio de 2014, recibido al parecer el 10 de julio, la introducción como punto adicional del orden del día la devolución del préstamo realizado con sus intereses y la relevación e las fianzas prestadas por él y su esposa a la sociedad. Hasta tal punto muestra su disidencia con lo realizado por los administradores sociales que no duda en añadir en su requerimiento que "también hemos tenido oportunidad de comentar, es nuestro deseo dejar de formar parte de la S.L. por discrepancias de carácter grave con la administración y gestión que están Vds. realizando de la misma".

Por tanto, la posición de una y otra parte parece era conocida por ellas antes de la junta, pero esto no significa que existiese un acuerdo previo al respecto, ni para la liberación de las obligaciones del socio, ni para la salida de este de la sociedad.

Por tanto, no existe un acuerdo previo, sino que el mismo, de existir, fue negociado y fraguado en la junta de 18 de julio de 2014.

A la misma acudió el socio Sr. Jesús Carlos con su esposa y una tercera persona que le asesoraba en el ámbito contable y fiscal, pero que no parece llegara a intervenir de forma relevante en cuanto no se les exhibieron pese a sus demandas los soportes contables y documentación reclamadas en sus peticiones previas.

De otra parte, el socio referido pertenecía o había prestado su actividad profesional, conforme a su propia manifestación en juicio, en la esfera o ámbito de la hostelería, por lo que no parece ser un mero lego en el objeto propio de la sociedad y su funcionamiento interno -costes, rendimientos, proveedores, ...-.

Por tanto, el mismo tenía la capacidad negociadora y el conocimiento suficiente para realizar cualquier tipo de acuerdo sobre su cualidad de socio, bien para vender sus participaciones, bien para mantenerse en el capital la sociedad.

De otra parte, frente a la negativa del Sr. Jesús Carlos y su esposa sobre la existencia de un acuerdo de venta de las participaciones entre los socios, el testigo D. Carlos Jesús que, sin relación con la gestoría que llevaba los asuntos mercantiles contables fiscales de la sociedad, asesoró a la sociedad y los socios en la convocatoria, celebración de la junta y redacción del acta y ejecución de las actuaciones precisas para las mismas, afirma que no se aportó documentación contable por los administradores, que la junta de socios fue tensa, que tomó notas y confeccionó el acta con ellas, que hizo una copia para cada uno de los socios para que pudieran leerla antes de firmarla y que todos ellos la firmaron.

En el Acuerdo Quinto de tal acta consta que "los socios acuerdan la devolución del 50% del principal, esto es 37.500 euros, mediante transferencia bancaria a la siguiente cuenta del Sr. Jesús Carlos que se hará a la finalización de la Junta" ... "El resto del capital pendiente, así como los intereses correspondientes serán satisfechos, no más allá del 25 de julio corriente, lo que se justificara por los administradores mediante documento acreditativo. Que se enviara al resto de los socios". Así como que "los administradores de la entidad manifiestan que "el banco se encuentra en disposición de sustituirlos como fiadores, lo que se está negociando con el banco y el Sr. Luis Alberto. Con la aquiescencia del Banco; lo que se ejecutará en próxima fecha, y en acto simultaneo a la compra de las participaciones sociales de que es titular el Sr. Jesús Carlos por los restantes socios o quien estos designen". "Acuerdan la venta de las participaciones al nominal. Y se componente a todas las partes a ejecutar tales respectivos compromisos inmediatamente".

De tal redacción, la Sala concluye, unida la misma a la firma del acta por el Sr. Jesús Carlos, que este último número, el Quinto, no fue un acuerdo social, sino un contrato de compraventa y ello por varias razones:

No tiene sentido que el Sr Jesús Carlos vote en contra de todos los acuerdos sociales y en este, de ser considerado tal, no haga constar también su voto en contra. Por otra parte, se hace referencia a "todas las partes" en el mismo y el socio no parece cuestionar este hecho -que él se obliga a vender sus participaciones-, teniendo a su alcance una copia para la lectura sosegada del acta y su ulterior firma.

De otra parte, los compromisos asumidos por los demás socios previos a la compra de las participaciones son cumplidos, se devuelve el préstamo y se releva de la fianza al socio disidente y a su esposa -actos coetáneos y posteriores (art. 1282 CC).

Es de destacar que la mitad de la suma debida por la sociedad se devuelve en la propia junta, como se acredita documentalmente y por la testifical del Sr. Carlos Jesús.

Igualmente, no existe reparo alguno a la recepción de las cantidades y a la relevación de fianza. Tampoco se justifica suficientemente, fuera de alegar que se trata de un acuerdo de socios mayoritario que no fue aceptado por el socio restante, por qué se llega a esta solución que de facto constituye la salida del socio de la sociedad.

Estima la Sala que en el momento de la junta el Sr Jesús Carlos estimó que era preferible vender sus particiones sociales, bien por lo tenso del enfrentamiento con los demás socios, bien por el temor a que no se le devolviesen o se retrasase la devolución de las cantidades prestadas por él a la sociedad y prefirió asegurar la devolución de las mismas y el relevo de la fianza prestada a costa de abandonar su participación social por un precio ciertamente módico en un negocio que, en su opinión en juicio, ofrecía unos rendimientos muy superior a los reconocidos por los administradores, o por las razones que fuesen y que no han quedado acreditadas en autos.

La consecuencia de lo anterior es que ha de hacer frente a su compromiso, sin que las alegaciones realizadas por el mismo desvirtúen que se celebró con ocasión de la junta de socios una verdadera compraventa de participaciones, reflejada en la propia acta de la misma, pero referente a un negocio de naturaleza traslativa con una mera trascendencia intrasocios y que en modo alguno había de afectar a la sociedad.

Parece alegar implícitamente la apelada que no podía haberse realizado este negocio pues estaba el mismo vinculado a la satisfacción de su derecho a la información por parte de los administradores sobre la situación económica de la sociedad.

No acepta la Sala ese razonamiento. La apelada era consciente de que se le ocultaba información. No pudo llegar a actuar el contable que le acompañaba, por ello la parte era libre de celebrar o no el negocio, pero la denegación de la información en modo alguno impedía o afectaba la realización de una mera operación jurídica entre socios.

Si estimaba que tal información era necesaria para formar su voluntad en la venta, lo que debía haber hecho era aplazar su decisión a un momento posterior, pues no existía, a diferencia del voto de un acuerdo social, un momento preclusivo para hacerlo.

Por tanto, la Sala estima acreditada la existencia de una compraventa. Y estima el recurso en los términos interesados por la recurrente en su suplico del recurso.

Todo ello, sin perjuicio, pues al parecer ha ejercitado en otro procedimiento la acción social de responsabilidad contra los administradores de la sociedad CIEN RAZONES, que el socio minoritario pueda reclamar el daño hecho a la sociedad por las actuaciones que reputa irregulares de los administradores durante el periodo en el que el mismo era socio de la misma.

E) Infracción del derecho de información.

Como se ha dicho anteriormente, a los solos efectos de agotar el debate, estima la Sala que, en contra de lo mantenido por la recurrente, ni se satisfizo el derecho de información del Sr. Jesús Carlos, ni carecía este de legitimación activa para ejercitar sus derechos como socio.

En primer lugar, si bien la falta de legitimación activa es apreciable de oficio, la misma ni fue alegada por la apelante a lo largo del proceso, ni concurre en el presente caso. Por tanto, se trata de una cuestión nueva y contraria al principio ut lite pendente nihil innovatur, la prohibición de introducir cuestiones nuevas en la apelación, por lo que no ha de ser examinada por la Sala.

La Sala ha reconocido la existencia de un convenio obligacional entre las partes, al que habrá de darse cumplimiento mediante la oportuna escritura pública que trasmita efectivamente -traditio- las participaciones a los adquirentes; entretanto, el Sr Jesús Carlos sigue siendo dueño de las mismas, titular de ellas y, por tanto, socio y podrá ejercitar los derechos y acciones las acciones inherentes a tal condición.

En segundo lugar, se alega que el socio Sr. Jesús Carlos "transige con el resultado del ejercicio", según consta en el acta. También consta que "no aprueba las cuentas anuales" y que quiere "que conste que no ha podido revisar la documentación antecedente como se afirma y contempla en los anexos aportados por este socio". Tales contrapuestas manifestaciones solo pueden llevar a la Sala a una conclusión, a la vista de lo equivocó de su hipotética transacción, constando que vota en contra y que no ha podido conocer los datos precisos -la base documental en la que se apoya la contabilidad- para conocer o representarse la situación patrimonial de la sociedad, parece que conserva su legitimación para impugnar el acuerdo atinente a la aprobación de las cuentas sociales.

De lo razonado anteriormente se acepta la infracción del derecho de información respecto a la escasa, en términos cualitativos y cuantitativos, que fue facilitada; que la misma era necesaria para pronunciarse sobre la aprobación o no de las cuentas sociales y cuya falta impidió hacerlo, sin que puedan ser invocadas las circunstancias que el art. 204.3.b) LSC en su ulterior redacción, tras la promulgación de la Ley 31/2014, introdujo en orden a exigir que la información fuera esencial y para un socio medio.

Por tanto, los acuerdos impugnados fueron correctamente anulados; tanto respecto a la aprobación de las cuentas pues no se satisfizo las exigencias de exhibición contable realizada (arts. 93 y 196 de la LSC) como con el resto de acuerdos adoptados, pues la nulidad del acuerdo de aprobación de las cuentas, forzosamente había de arrastrar a los demás acuerdos respecto a los que constituye el antecedente lógico sobre el que se asientan -acuerdo de aprobación de la gestión social, aplicación de los resultados y depósito de las cuentas aprobadas-.

Por tanto, ha de mantenerse el resto de las declaraciones de nulidad mantenidas con excepción de la atinente al acuerdo de compraventa de participaciones examinada.

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