La sentencia de la Sala de lo Social del
Tribunal Supremo, sec. 1ª, de 7 de septiembre de 2022, nº 701/2022, rec.
2047/2019, considera
que la IT derivada de infarto de miocardio es contingencia común o profesional,
dado que el infarto sobrevino en tiempo y lugar de trabajo aunque durante las tres
semanas anteriores a la manifestación del infarto el trabajador había venido
sufriendo episodios de dolor centro torácico.
La Sala indica que el carácter laboral
no desaparece por el hecho de que el trabajador desde tres semanas antes de que
debutara el infarto presentara episodios de dolor centro torácico, pues el
elemento clave para la determinación de la contingencia no es que el trabajo
sea la causa de la enfermedad cardiaca, sino que tenga incidencia causal en la
aparición de la crisis que conduce a la incapacidad temporal, presumiéndose que
concurre ese nexo causal cuando el infarto se manifiesta en tiempo y lugar de
trabajo.
En efecto, al trabajador se le
desencadenó el infarto de miocardio cuando se encontraba en tiempo y lugar de
trabajo, realizando su actividad habitual de colocar y quitar twist-looks, por
lo que, en aplicación de lo establecido en el artículo 156.3 de la LGSS, juega
la presunción del carácter laboral de la dolencia (enfermedad cardiovascular) aparecida en tiempo y lugar de trabajo.
A) Objeto del recurso de casación y
antecedentes.
1.- La cuestión que se plantea en este
recurso de casación para la unificación de doctrina se ciñe a determinar si la
IT derivada de infarto de miocardio es contingencia común o profesional, dado
que el infarto sobrevino en tiempo y lugar de trabajo y durante las tres
semanas anteriores a la manifestación del infarto el trabajador había venido
sufriendo episodios de dolor centrotorácico.
2.- El Juzgado de lo Social número 7 de
Valencia dictó sentencia el 4 de agosto de 2017, autos número 291/2017,
estimando la demanda formulada por FREMAP, MUTUA COLABORADORA CON LA SEGURIDAD
SOCIAL Nº 61 frente al INSTITUTO NACIONAL DE LA MARINA, LA TESORERÍA GENERAL DE
LA SEGURIDAD SOCIAL, LA SOCIEDAD DE ESTIBA Y DESESTIBA, PUERTO DE
VALENCIASAGEP- y D. Fructuoso, declarando que el proceso de incapacidad
temporal iniciado el 16 de febrero de 2016 tiene su origen en enfermedad común,
con las consecuencias legales inherentes a dicha declaración, condenando a los
demandados a estar y pasar por dicha declaración en sus respectivas
responsabilidades.
Tal y como resulta de dicha sentencia, don
Fructuoso, inició situación de incapacidad temporal el día 16-02-2016 siendo el
diagnóstico síndrome coronario intermedio, al sufrir un infarto de miocardio
cuando prestaba sus servicios para la empresa SOCIEDAD DE ESTIBA Y DESESTIBA
PUERTO DE VALENCIA SAGEP, que se encontraba al corriente en sus obligaciones y
que tiene cubiertas las contingencias profesionales y la prestación de
incapacidad temporal por contingencias comunes a través de FREMAP MUTUA
COLABORADORA CON LA SEGURIDAD SOCIAL Nº 61.
El trabajador inició proceso de
determinación de contingencia, el médico evaluador concluye en su informe de
fecha 22-02-2017:
Proceso largo de IT por síndrome
coronario intermedio. Por el que ha precisado tratamiento intervencionista.
La valoración del caso se resume en
trabajador que desde hace varias semanas venía sufriendo episodios de dolor centro
torácico que progresivamente fueron incrementándose en intensidad y duración.
Hasta 48 horas antes (domingo) que lo describe como más largo, con clínica
característica y asociando sensación nauseosa; pero así no es hasta el martes
en su trabajo sobre las 9:30 cuando tiene el episodio que finaliza con traslado
en ambulancia hasta el hospital donde es ingresado.
El INSS declaró que el proceso de IT
tiene su origen en accidente de trabajo en base al dictamen propuesta del EVI
de fecha 02-03-2017 que considera que sí concurren las circunstancias de tiempo
y lugar de trabajo requeridas para considerar la existencia de un accidente de
trabajo desencadenante de la IT.
Don Fructuoso, el día 16-02-2016,
mientras realizaba sus funciones consistentes en colocar y quitar twist-locks,
sobre las 9.30 h comenzó a sufrir un episodio de dolor centro torácico que duró
unos 45 minutos, hasta ser visto por el SAMU, cediendo el dolor tras la
medicación. El trabajador presentada desde hacía tres semanas episodios del
referido dolor, no opresivo, y sin relación clara con el ejercicio, se
iniciaron siendo breves y de intensidad leve volviéndose en la última semana
prolongados de 2-6 horas de duración, siendo el más largo el del domingo,
irradiando a ambos brazos y maxilar inferior y asociando sensación nauseosa.
(informe de urgencias del Hospital Doctor Pesset de 16-02-2016).
3.- Recurrida en suplicación por el
Letrado, en representación de don Fructuoso, la Sala
de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana dictó
sentencia el 29 de enero de 2019, recurso número 3409/2017, desestimando el
recurso formulado.
La sentencia entendió que, tal y como
resulta de los hechos probados, el trabajador demandado inicio su situación de
incapacidad temporal el día 16-2-20 16 con el diagnostico de síndrome coronario
intermedio, al sufrir un infarto de miocardio cuando prestaba sus servicios
para la empresa Sociedad de Estiba y Desestiba Puerto de Valencia SAGEP, pero
también resulta acreditado que el trabajador desde hacía varias semanas venía
sufriendo episodios de dolor centro torácico que progresivamente fueron
incrementándose en intensidad y duración, hasta 48 horas antes (domingo) que lo
describe como más largo, con clínica característica y asociado sensación
nauseosa, pero aun así no es hasta el martes en su trabajo sobre las 9:30 horas
cuando tiene el episodio que finaliza con traslado en ambulancia hasta el
Hospital donde es ingresado. Se considera totalmente fortuito y no a causa de
su trabajo que el ingreso se realizara tras traslado desde su puesto laboral.
Concluye que existían precedentes de
dolor centro torácico en el trabajador desde semanas antes a la baja de
incapacidad temporal. No obstante, en este supuesto para la destrucción de la
presunción de laboralidad de la enfermedad cardiaca surgida en el tiempo y
lugar de trabajo es necesario que la falta de relación entre la lesión padecida
y el trabajo realizado se acredite de manera suficiente, porque se aduzcan
hechos que desvirtúan dicho nexo causal, se afirma en los hechos que el infarto
no es a causa de su trabajo, y que es totalmente fortuito y no a causa de su
trabajo que el ingreso se realizara tras traslado desde su puesto de trabajo.
Pudiendo haberse producido la crisis en cualquier otro momento y lugar (además
en este caso concreto es indicativo el que los síntomas de la dolencia hayan
comenzado bastantes días antes), y no consta que el trabajador realizara ningún
esfuerzo, ni se acredita que en su trabajo efectuara esfuerzos importantes, ni
actividad que pudiera vincularse con la agravación de unos síntomas que ya se
habían manifestado antes.
B) Sentencia de contraste.
1.- Procede el examen de la sentencia de
contraste para determinar si concurre el requisito de la contradicción, tal y
como lo formula el artículo 219 de la LRJS, que supone que, ante hechos,
fundamentos y pretensiones sustancialmente iguales, las sentencias comparadas
han llegado a pronunciamientos distintos.
2.- La sentencia de contraste, la
dictada por esta Sala de lo Social del Tribunal Supremo el 8 de marzo de 2016,
recurso número 644/2015, estimó el recurso de casación para la unificación de
doctrina interpuesto por el trabajador contra la sentencia dictada el 12 de
diciembre de 2014 por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Asturias, en recurso de suplicación nº 2223/2014 y, tras casar y anular la
sentencia recurrida, resolviendo el debate planteado en suplicación, estimó el
recurso de dicha clase que planteó el demandante inicial y, revocando la
sentencia del Juzgado de lo Social nº 2 de Oviedo, en autos núm. 791/2013,
estimó la demanda, declarando que la incapacidad temporal reconocida al actor
deriva de accidente de trabajo.
Consta en dicha sentencia que el actor
presta sus servicios para la empresa García Junquera SL con la categoría
profesional de conductor; la empresa tiene cubiertas las contingencias
profesionales por la Mutua Intercomarcal.
El día 21 de agosto de 2012, el actor
entró en las instalaciones de Capsa a las 17,08 horas para descargar leche;
alrededor de las 18 horas llamó al empresario para decirle que se encontraba
mal, que iba a ir al médico y para que se hiciera cargo de la descarga, cosa
que efectivamente éste realizó, saliendo de Capsa a las 21,47 horas.
El actor acudió al centro de salud de
Castrillón a las 18,29 horas del mismo día y fue atendido por la enfermera del
mismo, a las 19,06 horas; ingresó en el servicio de urgencias del hospital San
Agustín de Avilés, donde fue atendido a las 21, 21 horas.
El actor comenzó con dolor torácico el
día 18 de agosto, relacionado con esfuerzos, que cedía en reposo; continuó con
episodios más intensos y el día 20 comenzó de madrugada, continuo y asociado a
disnea. Fue diagnosticado de infarto agudo de miocardio, con enfermedad de dos
vasos, presentando dislipemia sin tratamiento, posible hipertensión arterial y
diabetes Mellitus tipo 2 de diagnóstico reciente.
El 22 de agosto de 2012 comenzó un
periodo de incapacidad temporal que fue calificado como derivado de enfermedad
común. La empresa no elaboró el parte de accidente de trabajo. El actor
solicitó el cambio de contingencia de la incapacidad, que fue denegado por
resolución de 14 de junio de 2013.
La sentencia entendió que la presunción
del artículo 115.3 LGSS se refiere no sólo a los accidentes en sentido estricto
o lesiones producidas por la acción súbita y violenta de un agente exterior,
sino también a las enfermedades o alteraciones de los procesos vitales que
pueden surgir en el trabajo.
Por ello, el juego de la presunción
exigirá que, de negarse su etiología laboral, se acredite la ruptura del nexo
causal, bien porque se trate de enfermedad que por su propia naturaleza
descarta o excluye la acción del trabajo como factor determinante o desencadenante,
bien porque se aduzcan hechos que desvirtúen dicho nexo causal; lo que sucederá
con facilidad en los supuestos de enfermedades en las que el trabajo no tuviere
influencia; pero se hace difícil en los casos de las lesiones cardiacas, las cuales
no son extrañas a las causas de carácter laboral (véase la STS/4ª de 20 octubre
2009, rcud. 1810/2008).
En suma, "La presunción no se
excluye porque se haya acreditado que el trabajador padeciera la enfermedad con
anterioridad o porque se hubieran presentado síntomas antes de iniciarse el
trabajo, porque lo que se valora a estos efectos no es, desde luego, la acción
del trabajo como causa de la lesión cardiaca, lo que no sería apreciable en
principio dada la etiología común de este tipo de lesiones. Lo que se valora es
la acción del trabajo en el marco del art. 115.2.f) LGSS, como factor
desencadenante de una crisis, que es la que lleva a la situación de necesidad
protegida; y esta posible acción del trabajo se beneficia de la presunción
legal del art. 115.3 y no puede quedar excluida solo por la prueba de que la
enfermedad se padecía ya antes; pues, aunque así fuera, es la crisis y no la
dolencia previa la que hay que tener en cuenta a efectos de protección
"(así lo hemos sostenido en la STS/4ª de 27 septiembre de 2007 -rcud.
853/2006-).
3.- Entre la sentencia recurrida y la de
contraste concurren las identidades exigidas por el artículo 219 de la LRJS.
En efecto, en ambos supuestos nos
encontramos ante trabajadores que, encontrándose en tiempo y lugar de trabajo,
realizando su actividad se les desencadena un episodio cardiovascular, sufren
un infarto de miocardio. Tanto en la sentencia recurrida como en la de
contraste consta que con anterioridad los trabajadores habían presentado
síntomas de dolencia cardiaca -en la sentencia recurrida desde tres semanas
antes de que debutara el infarto presentaba episodios de dolor centro torácico;
en la sentencia de contraste el día 18 de agosto comenzó con dolor torácico y
el día 20 continuó con dicho dolor y disnea, sufriendo el infarto el 21 de
agosto de 2012-. Las sentencias comparadas han llegado a resultados
contradictorios, en tanto la recurrida entiende que no nos encontramos ante un
accidente de trabajo, la de contraste califica la dolencia como derivada de
accidente de trabajo.
No impide la existencia de contradicción
que la actividad que se encontraban realizando los trabajadores en el momento
de manifestarse el infarto de miocardio fuera diferente -en la sentencia
recurrida colocar y quitar twist- looks, en la de contraste descarga de leche-
pues las características del trabajo no han sido tenidas en cuenta para
determinar el carácter de la contingencia ya que juega la presunción de
laboralidad en toda lesión que el trabajador sufra durante el tiempo y en el
lugar de trabajo y la cuestión que se plantea es si se destruye dicha
presunción en el supuesto de que el trabajador padeciera o hubiera manifestado
síntomas de dicha dolencia con anterioridad.
A la vista de tales datos forzoso es
concluir que concurren las identidades exigidas por el artículo 219 de la LRJS
por lo que, habiéndose cumplido los requisitos establecidos en el artículo 224
de dicho texto legal, procede entrar a conocer del fondo del asunto.
C) Recurso de casación.
1.- El recurrente alega vulneración del
artículo 156.3 de la LGSS y de la jurisprudencia que interpreta dicho artículo.
2.- Esta Sala tiene una consolidada
doctrina respecto a las dolencias que debutan en tiempo y lugar de trabajo, que
aparece recogida, entre otras, en la sentencia de 23 de enero de 2020, recurso
4322/2017:
"*Las enfermedades o dolencias
(como el infarto de miocardio) acaecidas in itinere no deben calificarse como
accidentes de trabajo, salvo que se acredite la concurrencia del preceptivo
nexo causal, pues la presunción de laboralidad no les alcanza: entra otras
muchas, así puede verse en SSTS 4 julio 1995 (1499/1994), 30 junio 2004 (rec.
4211/2003) o 18 enero 2011 (rec. 3558/2009).
* La referida consideración como
contingencia común no se enerva porque el trabajador hubiera sufrido un primer
infarto calificado como accidente de trabajo; así lo advierte STS 3 diciembre
1994 (rec. 54/2004).
* Por mandato legal, se reputa accidente
laboral la enfermedad surgida en el tiempo y lugar de trabajo; esa presunción
no se destruye por el simple hecho de haber padecido molestias en momentos o
fechas anteriores al infarto; en tal sentido SSTS 18 diciembre 2013 (rec.
726/2013) y 8 marzo 2016 (rec. 644/2015).
* La presunción de laboralidad no decae
como consecuencia de que el trabajador afectado por la lesión cardiovascular
tuviera antecedentes de tipo cardíaco o coronario, o de tabaquismo o
hiperlipemia. Así lo sostienen numerosas SSTS como las de 20 octubre 2009 (rec.
1810/2008), 23 noviembre 1999 (rec. 2930/1998), 26 abril 2016 (rec. 2108/2014).
* Se considera contingencia profesional
ocurrida en el tiempo y lugar de trabajo el infarto de miocardio acaecido a un
oficial mecánico en la ruta seguida para la reparación de un automóvil de la
empresa por encargo del empresario; en esos términos puede verse la STS 11
julio 2000 (rec. 3303/1999).
* Para que juegue la presunción debe
haber comenzado la actividad laboral, lo que o sucede por el mero hecho de que
se esté en el centro de trabajo; en tal sentido, por todas, SSTS 6 octubre 2003
(rec. 3911/2002) y 20 diciembre 2005 (rec. 1945/2004).
* Pero la presunción despliega sus
efectos si el accidente (infarto de miocardio) sobreviene en el vestuario y
antes del inicio de la jornada de trabajo, pero después de haber fichado y
mientras el trabajador se proveía obligatoriamente del equipo de protección
individual; así lo expone la STS 4 octubre 2012 (rec. 3402/2011).
* La presunción de laboralidad queda
desvirtuada si el trabajador padece un aneurisma cerebral congénito que se
rompe en los vestuarios de la empresa, produciéndole una incapacidad temporal,
unido al hecho de que aún no había llegado a realizar esfuerzo o actividad que
pudiera entenderse como causa del suceso; en tales términos, SSTS 3 noviembre
2003 (rec. 4078/2002) o 16 diciembre 2005 (rec. 3344/2004).
* Se presume accidente laboral el shock
volémico secundario, sobrevenido en tiempo y lugar de trabajo, sin que existan
antecedentes médicos de enfermedades en el trabajador; en tal sentido STS 15
junio 2010 (rec. 2101/2009).
* Se presume accidente de trabajo la
muerte producida por embolia pulmonar, cuando el trabajador se dirigía a su
casa desde el trabajo en el que ya se había encontrado indispuesto; en tal
sentido STS 14 marzo 2012 (rec. 4360/2010).
* Se aplica la presunción de
laboralidad, ex art 115.3 LGSS al episodio cardiovascular cuyos síntomas
debutan durante el trabajo, aunque solo se desencadena tras acabar la jornada,
mientras el trabajador se ejercita en el gimnasio, al haber acaecido la lesión
cerebral en tiempo y lugar de trabajo. La presunción juega, aunque el fallecido
padezca lesiones cardiovasculares previas. Se trata de un supuesto de dolencia
arrastrada, que ha nacido con carácter profesional porque se detecta en lugar y
tiempo laborales; en ese sentido, STS 325/2018 de 20 marzo (rec. 2042/2016)."
D) Doctrina del Tribunal Supremo sobre la
presunción del carácter laboral de la dolencia -enfermedad cardiovascular-
aparecida en tiempo y lugar de trabajo.
Esta Sala mantiene una consolidada
doctrina que considera que, a tenor del artículo 156.3 de la LGSS, salvo prueba
en contrario, juega la presunción del carácter laboral de la dolencia
-enfermedad cardiovascular- aparecida en tiempo y lugar de trabajo, pudiendo
citar las SSTS de 27 de septiembre de 2007, rcud 853/2006; 18 de diciembre
2013, rcud 726/2013; 10 de diciembre de 2014, rcud 3138/2013; 8 de marzo de
2016, rcud 644/2015; 26 de abril de 2016, rcud 2108/2014; 20 de marzo de 2018,
rcud 2942/2016 y 23 de enero de 2020, rcud 4322/2017.
La sentencia del TS de 26 de abril de
2016, rcud 2108/2014, contiene el siguiente resumen de la doctrina de la Sala:
"a). - La presunción "iuris tantum"
del art. 115.3 LGSS se extiende no sólo a los accidentes, sino también a las
enfermedades, pero ha de tratarse de enfermedades que por su propia naturaleza
puedan ser causadas o desencadenadas por el trabajo, sin que pueda aplicarse la
presunción a enfermedades que "por su propia naturaleza excluyan una
etiología laboral" (SSTS 22/12/10 -rcud 719/10-; 14/03/12 -rcud 4360/10-;
18/12/13 -rcud 726/13-; y 10/12/14 -rcud 3138/13-).
b). - La presunción ha operado fundamentalmente en el ámbito de
las lesiones cardíacas, en el que, aunque se trata de enfermedades en las que
no puede afirmarse un origen estrictamente laboral, tampoco cabe descartar que
determinadas crisis puedan desencadenarse como consecuencia de esfuerzos o
tensiones que tienen lugar en la ejecución del trabajo (STS 14/03/12 -rcud
4360/10).
c).- La doctrina ha sido sintetizada con la "apodíctica
conclusión" de que ha de calificarse como AT aquel en el que "de
alguna manera concurra una conexión con la ejecución de un trabajo, bastando
con que el nexo causal, indispensable siempre en algún grado, se dé sin
necesidad de precisar su significación, mayor o menor, próxima o remota,
concausal o coadyuvante", debiendo otorgarse dicha calificación cuando no
aparezca acreditada la ruptura de la relación de causalidad entre actividad
profesional y el hecho dañoso, por haber ocurrido hechos de tal relieve que sea
evidente a todas luces la absoluta carencia de aquella relación (reproduciendo
jurisprudencia previa a la unificación de doctrina, SSTS 09/05/06 -rcud
2932/04-; 15/06/10 -rcud 2101/09-; y 06/12/15 -rcud 2990/13-).
d).- El hecho de que la lesión tenga etiología común no excluye
que el trabajo pueda ser factor desencadenante, por ser "de conocimiento
común que el esfuerzo de trabajo es con frecuencia un factor desencadenante o
coadyuvante en la producción del infarto de miocardio" [ STS 27/12/95
-rcud 1213/95-]; aparte de que "no es descartable una influencia de los
factores laborales en la formación del desencadenamiento de una crisis
cardiaca", ya que "las lesiones cardiacas no son por sí mismas
extrañas a las relaciones causales de carácter laboral" [ STS 14/07/97
-rcud 892/96-] (SSTS 27/02/08 -rcud
2716/06-; y 20/10/09 -rcud 1810/08-) .
e). - Para destruir la presunción de laboralidad a que nos
referimos es necesario que la falta de relación lesión/trabajo se acredite de
manera suficiente, bien porque se trate de patología que por su propia
naturaleza excluya la etiología laboral, bien porque se aduzcan hechos que
desvirtúan dicho nexo causal (reiterando constante doctrina anterior, SSTS
20/10/09 -rcud 1810/08-; 18/12/13 -rcud 726/13-; y 10/12/14 -rcud 3138/13-). Y
f).- Como hemos destacado recientemente, la presunción legal
del art. 115.3 de la LGSS entra en juego cuando concurren las dos condiciones
de tiempo y lugar de trabajo, "lo que determina, por su juego, que al
demandante le incumbe la prueba del hecho básico de que la lesión se produjo en
el lugar y en tiempo de trabajo; más con esa prueba se tiene por cierta la
circunstancia presumida y quien se oponga a la aplicación de los efectos de la
presunción tendrá que demostrar la falta de conexión entre el hecho dañoso y el
trabajo" ( STS 03/12/14 -rcud 3264/13-).
E) Aplicando la anterior doctrina al supuesto
examinado, procede estimar el recurso de casación para la unificación de
doctrina formulado por el Letrado recurrente en representación del trabajador.
En efecto, al actor se le desencadenó el
infarto de miocardio cuando se encontraba en tiempo y lugar de trabajo,
realizando su actividad habitual de colocar y quitar twist- looks, por lo que,
en aplicación de lo establecido en el artículo 156.3 de la LGSS, juega la
presunción del carácter laboral de la dolencia -enfermedad cardiovascular-
aparecida en tiempo y lugar de trabajo.
El carácter laboral no desaparece por el
hecho de que el trabajador desde tres semanas antes de que debutara el infarto
presentara episodios de dolor centro torácico pues el elemento clave para la
determinación de la contingencia no es que el trabajo sea la causa de la
enfermedad cardiaca, sino que tenga incidencia causal en la aparición de la
crisis que conduce a la incapacidad temporal, presumiéndose que concurre ese
nexo causal cuando el infarto se manifiesta en tiempo y lugar de trabajo.
La presunción de laboralidad puede
destruirse mediante prueba en contrario, prueba que no ha sido lograda por la
Mutua ya que el hecho de que no conste que el trabajador no realizara ningún
esfuerzo, ni que los síntomas hubieran aparecido unas semanas antes, no
destruye la indicada presunción de laboralidad.
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