1º) La Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de
la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, en
España, más conocida como «ley
de dependencia», es una ley que sienta las bases para construir el
futuro Sistema Nacional de Atención a la Dependencia, que financia
los servicios que necesitan las personas dependientes, bien por
sufrir una enfermedad o suceso incapacitante, o que al llegar a la
vejez se garantice un sustento mínimo. La dependencia personal
es la incapacidad funcional para el desarrollo de actividades de la vida diaria
y por requerir ayuda para su realización.
2º) La sentencia del TSJ de Valencia Sala
de lo Contencioso-Administrativo, sec. 4ª, de 23-9-2013, nº 422/2013, rec.
337/2012, acuerda indemnizar a los hijos del beneficiario
dependiente, ya fallecido, porque ha existido una
demora excesiva e injustificada en la tramitación del expediente para
determinar los servicios y prestaciones a que éste hubiera tenido derecho, lo
cual constituye un anormal funcionamiento de la Administración.
3º)
En estos supuestos, no nos hallamos propiamente en el supuesto del art. 29 Ley
Jurisdicción Contenciosa Administrativa, pues reconocida la situación de dependencia
hay derecho a determinadas prestaciones y servicios "a determinar",
pero no hay derecho a una "prestación concreta" -a la que alude dicho
precepto-, pues el PIA puede ser aprobado o no, y siéndolo, puede contener las
prestaciones y servicios solicitados por el interesado, algunos, u otros.
Ello
si bien, no puede desconocerse que la prolongada, defectuosa y morosa
tramitación del procedimiento encaminado a la determinación de los servicios y
prestaciones a que hubiera tenido derecho la persona, reconocida como
dependiente, genera derecho a indemnización
-con base legal-, en los términos que pasamos a explicar, y en el bien
entendido que dicho derecho nace y deriva de la responsabilidad patrimonial de
la Administración por deficiente y anormal funcionamiento del servicio público.
No
en vano en nuestro caso, transcurrieron unos dos años desde la solicitud de
reconocimiento de la situación de dependencia
(en 30-6-2010) hasta el fallecimiento del interesado (en 10-10-12), sin inicio
del procedimiento para aprobación del PIA, cuya resolución (y notificación)
está prevista en 3 meses desde la fecha de la notificación Resolución
reconociendo la situación de dependencia
(que lo fue en 28-6-11). Y ello, sin que la
Administración tramitadora evidenciara ni pusiera de manifiesto la concurrencia
de circunstancias excepcionales que sirvan a justificar la dicha demora.
4º) El Tribunal Supremo en sentencias como la 1373/2008 de 15-4-2008,
ha dejado claro los supuestos, por un lado, de "inactividad" de la
Administración en el sentido del art. 29 LJ, y, por otro, de resarcimiento de
daños y perjuicios derivados de actuación "demorada" y defectuosa, al
establecer: tanto el art. 42 de la LJ de 1956, como el art. 31.2 de la actual
Ley 29/1998, de 13 de julio , reguladora de esta Jurisdicción, permiten su
formulación en la demanda anudada a la declaración de nulidad de la actuación
impugnada, sin necesidad de ese previo planteamiento ante la Administración.
Más concretamente y como señala la Sentencia de 22 de septiembre de 2003,
" la solicitud de indemnización de los daños y
perjuicios constituye una pretensión singularizada en la LJCA por un régimen
especial, conforme al cual puede interesarse, desde el principio, en vía
administrativa, o puede también acumularse en la vía jurisdiccional tanto a una
pretensión de anulación de un acto administrativo como a una pretensión de cese
de una actuación administrativa material constitutiva de vía de hecho. Y ello
no sólo en la demanda, como medida adecuada para el restablecimiento de una
situación jurídica individualizada, conforme a los artículos 41, 42 y 44 de la
Ley de la Jurisdicción de 1956 ( arts. 31.2 y 34 LJCA de 1998), sino incluso
incorporando la petición en el momento de la vista o de las conclusiones, según
el art. 79.3 LJ de 1956 ( art. 65.3 LJCA de 1998). Posibilidad esta que
responde a la concepción que tiene la Ley de la petición de indemnización
de daños y
perjuicios como una petición adicional de la pretensión de anulación del acto o
de cese de la actuación constitutiva de vía de hecho, siempre claro está que
los daños consten probados en autos".
Es en el ejercicio de esta posibilidad procesal que, como se
acaba de indicar, la parte introdujo en la demanda la pretensión
de indemnización
de daños y perjuicios, conformando así el debate procesal, que no supone, por
lo tanto, desviación procesal en el sentido que se alega en este motivo de
casación, pretensión
que resulta anunciada en la solicitud formulada por escrito de 18 de noviembre
de 1997, que alude a los perjuicios causados por la inactividad de la
Administración y en el escrito de 20 de febrero de 1998, que se refería a los
perjuicios derivados de la ocupación de los bienes ya en el año 1994. Por lo
demás, como se desprende de lo expuesto, no es el caso de la reclamación de una
prestación debida por la Administración en virtud de una disposición, acto,
contrato o convenio, a que se refiere el art. 29 de la Ley de la
Jurisdicción....
5º) Es cierto que
los efectos del incumplimiento de plazos son, en principio, prácticamente
irrelevantes según nuestro Ordenamiento Jurídico, pues dicho incumplimiento es
irregularidad no invalidante (art. 63.3 de la L. 30/92).
De otro lado, el Ordenamiento prevé, así mismo, mecanismos
"paliativos" atribuyendo en ocasiones efectos positivos a la falta de
resolución temporánea (que abren la vía de la ejecución del acto presunto) o
negativos (facultando para acceder a la vía jurisdiccional).
Pero en los casos
-cual el que aquí analizamos-, en que la resolución en plazo o al menos, dentro
de unos márgenes de demora razonable, deviene esencial por la naturaleza de la
situación de base (hechos determinantes), la demora constituye un funcionamiento
anormal de la Administración, que da derecho al resarcimiento de daños y
perjuicios, en los términos también previstos por el Ordenamiento.
No en vano la normativa sobre dependencia
y promoción de la autonomía personal y atención de las personas en situación de
dependencia
destaca como objetivos fundamentales los de promoción de la autonomía personal
de las personas cuyas deficiencias y/o padecimientos físicos y/o psicológicos
-de envergadura, a lo que se une muchas veces la elevada edad del interesado-
les hacen acreedoras de "ayuda" institucional, en orden al desarrollo
de una vida digna, de ahí que el "tiempo" que la Administración ha de
emplear para determinar las medidas necesarias en orden a atender las
necesidades de dichas personas, con dificultades para la realización de las
actividades básicas de la vida diaria, ha de ser el indispensable y necesario
(la Orden de 5-12-2007 de la Cª de Bienestar Social de la GV establecía en su
art. 6.3 el plazo "máximo" de 3 meses para resolver y notificar el
PIA, a contar desde la fecha de notificación de la Resolución de reconocimiento
de la dependencia).
6º) Por ello, es claro que la falta de resolución "en
plazo" determinó un daño antijurídico que el interesado no tenía la
obligación de soportar, pues como destaca el TSJ de Galicia en S. 506/13
de 5-6 la tramitación diligente y "temporánea" era esencial para dar
realidad practica al derecho subjetivo de promoción de la autonomía personal y
atención a las personas en situación de dependencia
, haciendo posible el acceso de tal colectivo al sistema de ayudas públicas,
como uno de
los principales retos de la política social que, en el caso de autos se vio
frustrado a causa de un funcionamiento anormal de la Administración autonómica.
Cunado queda acreditado
que "un incumplimiento
del plazo que reviste las notas de esencial y significativo, que tiene por
causa un funcionamiento anormal de la Administración, incompatible con los
estándares de razonabilidad y determinante (relación de causa/efecto) de que
don... no pudiera disfrutar de la ayuda concreta a que habría tenido derecho
con un grado de certeza elevadísimo", y que "la acción de
resarcimiento ejercitada debe prosperar, al mediar un supuesto generador y
desencadenante del instituto de responsabilidad patrimonial de las Administraciones
Publicas".
7º) LEGITIMACION DE LOS HIJOS DEL DEPENDIENTE FALLECIDO: Para la
sentencia del TSJ de Valencia Sala de lo
Contencioso-Administrativo, sec. 4ª, de 23-9-2013, es clara la legitimación de los hijos del dependiente
fallecido, que comparecieron en
el presente recurso como actores, en sucesión procesal (art. 22 LJ), pues no es
tanto el derecho a la iniciación, tramitación y resolución del procedimiento de
PIA lo determinante de su legitimación, cuanto, como ya indicamos, la acción de
responsabilidad patrimonial en que ha de encuadrarse la pretensión actora.
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